Cuesta creer lo inesperado que puede ser reencontrarse con ese que hemos sido. Nos busca, nos conecta con las personas y las cosas del pasado. Hace que nos volvamos a ver, a traves del otro, defectuosos, equivocados, tal vez glorioso si así se cree que fue uno ó libre.
Cuando se ha renovado finalmente las fuerza y se está dispuesto a empezar de cero viene la vida con una de estas ofrendas, o no. Y nos pone frente a frente con lo que hemos sido y de paso nos pide explicaciones, actitudes consecuentes con ello. Y nos volemos a conocer. Y volvemos a entender, de qué somos capaces, hasta dónde estuvimos dispuestos a llegar. En el más triste de los casos, tambien no recuerda aquello que no quisimos enfrentar, todo lo que dejamos pasar indolentes y hoy ya conforma una deuda pendiente.
Y ahi andabamos distraidos, distendidos. Y tuvimos que recordar.